domingo, 27 de septiembre de 2015

LOS CELOS DEL ABUELO




¡El puñetero ojo de la cerradura de nuevo atascado! Tendré que espiar al abuelo que parece es el que le pone plastilina. El pobre viejito es simpático y parece que no ha roto un plato, pero creo que no perdona que lo lleve al centro de día. El director lo defiende a capa y espada y lo cree incapaz, pero para mí tiene celos de los críos. ¿Tendré que poner una denuncia o llamar a la concurrencia para iniciar una plataforma de “Afectados por abuelos traviesos”, o quizá, querrá una piruleta de vez en cuando como sus nietos?


DECLIVE


El puñetero ojo de la cerradura chirría como si estuviera resfriado. Protesta cada vez que meto la llave y no responde a no ser que acompañe el giro con un chorrito de lubricante. Cualquier día con un esfuerzo excesivo, se parte la diminuta llave y no sabría qué hacer, el joyerito tiene varios siglos y mis dedos ya no son tan ágiles. Pero si dejo al aire todos esos besos que guardó mi hija cuando era pequeña, se volatizarán y presiento que soy demasiado mayor para quedarme huérfana.

Nani. Septiembre 2015